La macrofotografía es una de mis técnicas favoritas. El mimetismo del fotógrafo con el entorno y las horas de observación son dos ingredientes completamente indispensables. Esta es una selección de tomas realizadas entre los años 2015 y 2019, captadas en diferentes lugares de la península ibérica.
La técnica macrofotográfica utilizada es la del objetivo invertido: un Yashica 50mm de cámara analógica, con el diafragma en la propia lente, y luces leds o flash, o luz natural filtrada, dependiendo de la ocasión.
De esta forma la experiencia fotográfica es más orgánica e inmersiva, al mantener la atención completa en el sujeto y adelantarse a los pasos de este, sin automatismos, ni más ayuda tecnológica. La observación de la especie sin interferir hace que, los movimientos que realiza pasen de ser erráticos a tener sentido. Ningún animal ha sido manipulado para la obtención de la foto.
